sábado, 19 de diciembre de 2015

Momentos de Inseguridad

Todos en algún momento hemos sentido inseguridad, los que aparentan o se ven seguros, también han sentido inseguridad, no todos vivimos en nuestra zona cómoda, pues enfrentamos retos y superamos obstáculos permanentemente.  

Por ejemplo yo puedo ser segura cuando dicto una conferencia en la que domino el tema, pero en la cocina, como no domino habilidades culinarias, preparar un banquete para 30 personas, me hace sentir totalmente insegura y eso es normal.

Pero ¿cómo podemos afrontar mejor la inseguridad?  Ella está sólo en nuestra mente. Recuerdo una de las primeras veces que hablé en público, estaba muy nerviosa, todo me temblaba y solo dije “Buenos días…” y me quedé en blanco.  Somos humanos eso sucede, pero luego me dijeron que sentir inseguridad, no me hace una persona insegura, vuelvo a repetir, es normal.

Date permiso para sentir inseguridad, aceptar la situación te ayudará y dará las fuerza necesarias para salir de ella y superarla.  No es posible eliminar la inseguridad porque siempre aparecerán circunstancias o situaciones nuevas que tendremos que afrontar.
Recuerda algún momento en el que te hayas sentido insegura, inseguro… recuerda ahora que airoso o airosa saliste de esa situación, solo haciéndole frente.

Utiliza la inseguridad como motivación en lugar de excusa, no dejes que te hunda.  Esa vocecita que llevamos dentro se esfuerza en decirnos todo lo malo que se le ocurre, pero lo peor de todo es que le hacemos caso! y la situación se empeora.  No le des poder, quítale autoridad pensando diferente y levántate con fuerza.

Piensa, que podrías hacer para superar la inseguridad? Lo primero que se te venga a la mente, eso es, hazlo, actúa y confía. 

He aprendido que siendo yo misma y no actuando un papel que no me corresponde, aumenta mi seguridad.  Capacítate en aquello que necesitas conocer y saber más.  No le des poder a las personas que te critican.  Respóndele a tu vocecita interna, dale un mensaje positivo, luego un beso , agradécele por estar ahí y sigue adelante.

Como te dije, sentir inseguridad es normal, no te hace ni más ni menos.  Todos sentimos inseguridad, pero podemos reconocerla y hacerle frente. Tú eres grande.

Siempre para ti,
Liliana.
#coaching

lunes, 9 de noviembre de 2015

El Silencio de la Mente



"¿Has notado que la inspiración te llega cuando no la estás buscando? 
Llega cuando toda expectativa se detiene, cuando la mente y el corazón se tranquilizan." 
Krishnamurti


Durante un momento contempla y experimenta  la idea del silencio, acalla tu mente. Observa al silencio como la fuente de todo el sonido.  Cierra tus ojos y escucha sólo un sonido en particular; observa cómo se comporta, cómo se eleva y luego desaparece.  Quédate en silencio al menos un momento, deja que tu mente se vacíe.

Podríamos definir al silencio como la ausencia de sonidos. El silencio puede ser un elemento de la naturaleza, en ambientes tranquilos y calmos. Pero también puede ser un elemento propiciado por el ser humano en espacios determinados en los cuales la concentración y el trabajo silencioso son necesarios para estar bien.  El silencio es interminable y vasto como toda la creación. El silencio interior es la quietud absoluta del estado natural, del Ser Verdadero.

Para la mayoría de las personas en el mundo que hoy vivimos no existe tal cosa como la tranquilidad interior, la quietud interior, o el silencio lleno de vida y vacío,  porque la mente la mantiene constantemente ocupada.  Y si añadimos a esto sentimientos molestos y tormentosos que nunca dejan que las personas se relajen, ni siquiera en los sueños,  el resultado es que no se puede encontrar la paz interior.

El silencio es nuestra conexión con el universo.

¿Cómo conseguimos silenciar la mente? 

Encuentra un lugar cómodo y ambiente cálido, ni luminoso ni oscuro, puedes colocar una vela.  Viste cómodamente. La postura es fundamental; la posición del yoga es un buen comienzo. Pero tú debes encontrar tu propio método de relajación corporal.

Cierra los ojos y coloca tus manos sobre tus muslos. Concéntrate en tu respiración. Inspira profundamente, exhala suavemente… Inspira profundamente, exhala suavemente… Inspira profundamente, exhala suavemente.

También lo puedes hacer con música suave e instrumental. Aquí te regalo una...



Escucha la música mientras respiras profundamente hasta que baje el ritmo de tu respiración. Siente como sube y baja tu pecho y se van relajando cada uno de tus miembros. Deja que fluyan tus pensamientos, no intentes controlarlos, sé “observador” de los mismos y fija tu atención en tu respiración para hacerte consciente del ahora.

Comienza por hacer un recorrido de todo tu cuerpo y siente las sensaciones que vayas teniendo. Centra tu atención en tus pies, siente como se relajan, luego pasa a tus piernas… sigue subiendo y así hasta que hayas recorrido todo tu cuerpo y relajado hasta tu cabeza. Cuando hayas terminado vuelve poco a poco a la realidad. Mueve lentamente tus manos y tus pies, el cuello, tus piernas... haz una respiración profunda y abre lentamente los ojos.

Que tu espíritu permanezca en calma.

Liliana.


domingo, 1 de febrero de 2015

Permitir en lugar de Perseguir


Permitir en lugar de perseguir y perseguir.  Esto último es lo que la mayoría de nosotros parece estar condicionado a hacer.  A menudo nos preguntamos: Si permitimos que nuestra vida fluya y se desarrolle por su cuenta, ¿significa que no hacemos nada? ¿Que nosotros simplemente nos sentemos a esperar a que la vida nos suceda? 

No, no significa sólo sentarse, esperar y no hacer nada. Tenemos que tomar acción, pero la acción proviene de seguir a nuestro corazón, y de permitir que las cosas se desarrollen. Viene de un lugar diferente.

Debemos además escuchar nuestra intuición. La forma en que hacemos esto es preguntándonos: ¿Estoy haciendo esto por amor o por miedo? ¿Estoy haciendo esto porque quiero hacerlo? En otras palabras, ¿Estoy tomando estas acciones porque me amo a mí mismo?, ¿es divertido?, ¿me trae alegría? ¿es placentero? O estoy tomando estas acciones porque temo las consecuencias de no hacerlo.

Las cosas que hacemos por amor, con pasión, interés, curiosidad, diversión y así sucesivamente, son desde el corazón, y este es el estado de "permitir". Significa dejarnos ser quienes somos; tomar decisiones desde el corazón.   Las acciones tomadas desde el corazón siempre se ajustan a nuestro auténtico yo. Las cosas que hacemos por "temor a las consecuencias" son de la mente. Estas acciones se sienten forzadas y a menudo son impulsadas por la inseguridad o el miedo. El estrés es una señal de que nuestras acciones están viniendo de un lugar de miedo. El estrés viene cuando estamos haciendo las cosas que no están alineadas con lo que realmente somos.

Anita Moorjani, quien sobrevivió a un cáncer terminal, dijo: “Una de las mayores lecciones que aprendí mientras agonizaba de cáncer fue que mi vida, hasta ese instante, se componía de una serie de opciones y decisiones que me llevaron a ese momento, el momento en que pensé que era el fin de mi vida. Allí me di cuenta de que cada decisión que había tomado era importante, elegí mi vida desde un lugar de miedo, no desde un lugar de amor o alegría o de un sentido de la diversión. Casi todo lo que había hecho, lo había hecho por temor a las consecuencias… la elección de los puestos de trabajo fue más por miedo a no salir adelante en mi carrera, o no tener suficiente dinero para pagar la hipoteca. La mayoría de mis opciones de empleo no eran lo que yo realmente amaba hacer. Muy a menudo, incluso la ropa que elegía, en realidad me la elegían,  porque yo temía no ser aceptada en los círculos sociales".

Lo que da mas miedo es que todo el mundo está haciendo lo mismo, actuamos desde el temor en lugar del amor.  En otras palabras, lo hacemos inconscientemente, y creo que así es como la mayoría de nosotros estamos condicionados a pensar y creer, si queremos encajar en nuestras sociedades y culturas.

Por ejemplo, si alguien se encuentra en una mala relación, lo más probable que se quede en ella por miedo al estigma de quedarse solo o por miedo a romper una relación, más que al honor de optar por seguir adelante y crear un espacio para alguien más que realmente le respete.  También es común ver a personas que viven en casas o departamentos caros que no pueden pagar, pero están demasiado asustados para reducir su tamaño y no desean enfrentarse a la humillación pública. En su lugar, ellos escogen trabajar largas horas o tener dos trabajos que quizá no disfrutan e incluso hasta odian, sólo para pagar aquella casa que apenas tienen tiempo para disfrutar.

A veces resulta difícil encontrar personas realmente felices. Incluyéndome a mí. Todo el mundo parece estar persiguiendo y buscando más, pero nadie sabe cómo ser verdaderamente feliz. Y lo peor es que muchas veces esto se considera "normal"! Esto se considera "vida"!.  Cuántas veces hemos escuchado decir "Así es la vida".

Vivir estresado suele ser el resultado de tratar de cumplir con las expectativas de los demás. Tratamos de llenar las expectativas de todos, excepto la nuestra. Vivimos una vida tratando de cumplir con lo que la gente piensa que debe ser la vida y encima, tenemos que encajar con sus pensamientos.

Debemos preguntarnos: "¿La vida de quién quiero vivir? ¿A quién estoy tratando de complacer? ¿Quién estoy tratando de ser? ¿He creado esto desde mi yo... o estoy tratando de satisfacer las expectativas de todos los demás"? Si es esto último, entonces eso significa que es hora de empezar a amar y valorarnos a nosotros mismos para poder permitir ser quienes realmente somos y expresar nuestra autenticidad. Ser auténtico no significa que no vamos a atraer cualquier problema. Pero cuando somos auténticos, los problemas que atraemos son nuestros e instintivamente sabremos cómo lidiar con ellos siguiendo nuestro corazón, por dejarnos ser lo que somos, lo que permitirá que nuestra vida se despliegue ante nosotros. La vida creada de esta manera será entonces verdaderamente nuestra propia vida. Y esto es lo que quiero decir cuando digo "Permitir que mi vida se desarrolle en lugar de perseguir y buscar la vida."

Con amor,
Liliana

@coach_liliana


Anita Moorjani, autora del Libro Autobiográfico: Dying to be me.