Permitir en lugar de perseguir y
perseguir. Esto último es lo que la
mayoría de nosotros parece estar condicionado a hacer. A menudo nos preguntamos: Si permitimos
que nuestra vida fluya y se desarrolle por su cuenta, ¿significa que no hacemos
nada? ¿Que nosotros simplemente nos sentemos a esperar a que la vida nos
suceda?
No, no significa sólo sentarse,
esperar y no hacer nada. Tenemos que tomar acción, pero la acción proviene de
seguir a nuestro corazón, y de permitir que las cosas se desarrollen. Viene de
un lugar diferente.
Debemos además escuchar nuestra
intuición. La forma en que hacemos esto es preguntándonos: ¿Estoy haciendo esto
por amor o por miedo? ¿Estoy haciendo esto porque quiero hacerlo? En otras
palabras, ¿Estoy tomando estas acciones porque me amo a mí mismo?, ¿es
divertido?, ¿me trae alegría? ¿es placentero? O estoy tomando estas acciones
porque temo las consecuencias de no hacerlo.
Las cosas que hacemos por amor, con
pasión, interés, curiosidad, diversión y así sucesivamente, son desde el
corazón, y este es el estado de "permitir". Significa dejarnos ser
quienes somos; tomar decisiones desde el corazón. Las acciones tomadas desde el corazón siempre
se ajustan a nuestro auténtico yo. Las cosas que hacemos por "temor a las
consecuencias" son de la mente. Estas acciones se sienten forzadas y a
menudo son impulsadas por la inseguridad o el miedo. El estrés es una señal de que nuestras acciones están viniendo de un lugar de miedo. El estrés viene
cuando estamos haciendo las cosas que no están alineadas con lo que realmente
somos.
Anita Moorjani, quien sobrevivió a un cáncer terminal, dijo: “Una de las
mayores lecciones que aprendí mientras agonizaba de cáncer fue que mi vida,
hasta ese instante, se componía de una serie de opciones y decisiones que me
llevaron a ese momento, el momento en que pensé que era el fin de mi vida. Allí me di cuenta de que cada decisión que había tomado era importante,
elegí mi vida desde un lugar de miedo, no desde un lugar de amor o alegría o de
un sentido de la diversión. Casi todo lo que había hecho, lo había hecho por
temor a las consecuencias… la elección de los puestos de trabajo fue más por
miedo a no salir adelante en mi carrera, o no tener suficiente dinero para
pagar la hipoteca. La mayoría de mis opciones de empleo no eran lo que yo
realmente amaba hacer. Muy a menudo, incluso la ropa que elegía, en realidad me
la elegían, porque yo temía no ser
aceptada en los círculos sociales".
Lo que da mas miedo es que todo el
mundo está haciendo lo mismo, actuamos desde el temor en lugar del amor. En otras palabras, lo hacemos
inconscientemente, y creo que así es como la mayoría de nosotros estamos
condicionados a pensar y creer, si queremos encajar en nuestras sociedades y
culturas.
Por ejemplo, si alguien se
encuentra en una mala relación, lo más probable que se quede en ella por miedo
al estigma de quedarse solo o por miedo a romper una relación, más que al honor de optar por seguir adelante y crear un espacio para
alguien más que realmente le respete. También es común ver a personas
que viven en casas o departamentos caros que no pueden pagar, pero están
demasiado asustados para reducir su tamaño y no desean enfrentarse a la
humillación pública. En su lugar, ellos escogen trabajar largas horas o tener
dos trabajos que quizá no disfrutan e incluso hasta odian, sólo para pagar aquella casa que apenas tienen tiempo para disfrutar.
A veces resulta difícil encontrar
personas realmente felices. Incluyéndome a mí. Todo el mundo parece estar
persiguiendo y buscando más, pero nadie sabe cómo ser verdaderamente feliz. Y
lo peor es que muchas veces esto se considera "normal"! Esto se considera
"vida"!. Cuántas veces hemos escuchado decir "Así es la vida".
Vivir estresado suele ser el
resultado de tratar de cumplir con las expectativas de los demás. Tratamos de
llenar las expectativas de todos, excepto la nuestra. Vivimos una vida tratando
de cumplir con lo que la gente piensa que debe ser la vida y encima, tenemos
que encajar con sus pensamientos.
Debemos preguntarnos: "¿La
vida de quién quiero vivir? ¿A quién estoy tratando de complacer? ¿Quién estoy tratando de ser? ¿He creado esto desde mi yo... o estoy tratando de satisfacer las
expectativas de todos los demás"? Si es esto último, entonces eso
significa que es hora de empezar a amar y valorarnos a nosotros mismos para
poder permitir ser quienes realmente somos y expresar nuestra autenticidad. Ser
auténtico no significa que no vamos a atraer cualquier problema. Pero cuando somos
auténticos, los problemas que atraemos son nuestros e instintivamente sabremos cómo
lidiar con ellos siguiendo nuestro corazón, por dejarnos ser lo que somos, lo
que permitirá que nuestra vida se despliegue ante nosotros. La vida creada de esta
manera será entonces verdaderamente nuestra propia vida. Y esto es lo que
quiero decir cuando digo "Permitir
que mi vida se desarrolle en lugar de perseguir y buscar la vida."
Con amor,
Liliana
@coach_liliana
@coach_liliana
Anita Moorjani, autora del Libro Autobiográfico: Dying to be me.