"¿Has notado que la inspiración te llega cuando no la
estás buscando?
Llega cuando toda expectativa se detiene, cuando la mente y el corazón se tranquilizan."
Krishnamurti
Llega cuando toda expectativa se detiene, cuando la mente y el corazón se tranquilizan."
Krishnamurti
Durante
un momento contempla y experimenta la
idea del silencio, acalla tu mente. Observa al silencio como la fuente de todo
el sonido. Cierra tus ojos y escucha
sólo un sonido en particular; observa cómo se comporta, cómo se eleva y luego
desaparece. Quédate en silencio al menos un momento, deja que tu mente se vacíe.
Podríamos definir al silencio como la ausencia
de sonidos. El silencio puede ser un elemento de la naturaleza, en ambientes
tranquilos y calmos. Pero también puede ser un elemento propiciado por el ser
humano en espacios determinados en los cuales la concentración y el trabajo
silencioso son necesarios para estar bien. El silencio es interminable y
vasto como toda la creación. El silencio interior es la quietud absoluta del
estado natural, del Ser Verdadero.
Para la mayoría de las personas en el mundo que
hoy vivimos no existe tal cosa como la tranquilidad interior, la quietud
interior, o el silencio lleno de vida y vacío, porque la mente la
mantiene constantemente ocupada. Y si añadimos a esto sentimientos molestos
y tormentosos que nunca dejan que las personas se relajen, ni siquiera en los
sueños, el resultado es que no se puede encontrar la paz interior.
El silencio es nuestra conexión con el universo.
¿Cómo conseguimos silenciar la mente?
Encuentra
un lugar cómodo y ambiente cálido, ni luminoso ni oscuro, puedes colocar una
vela. Viste cómodamente. La postura es
fundamental; la posición del yoga es un buen comienzo. Pero tú debes encontrar tu
propio método de relajación corporal.
Cierra
los ojos y coloca tus manos sobre tus muslos. Concéntrate en tu
respiración. Inspira profundamente, exhala suavemente… Inspira profundamente,
exhala suavemente… Inspira profundamente, exhala suavemente.
También lo puedes hacer con música suave e
instrumental. Aquí te regalo una...
Escucha
la música mientras respiras profundamente hasta que baje el ritmo de tu
respiración. Siente como sube y baja tu pecho y se van relajando cada uno de
tus miembros. Deja que fluyan tus pensamientos, no intentes controlarlos, sé “observador”
de los mismos y fija tu atención en tu respiración para hacerte consciente del
ahora.
Comienza
por hacer un recorrido de todo tu cuerpo y siente las sensaciones que vayas
teniendo. Centra tu atención en tus pies, siente como se relajan, luego pasa a
tus piernas… sigue subiendo y así hasta que hayas recorrido todo tu cuerpo y
relajado hasta tu cabeza. Cuando hayas terminado vuelve poco a poco a la
realidad. Mueve lentamente tus manos y tus pies, el cuello, tus piernas... haz
una respiración profunda y abre lentamente los ojos.