lunes, 9 de noviembre de 2015

El Silencio de la Mente



"¿Has notado que la inspiración te llega cuando no la estás buscando? 
Llega cuando toda expectativa se detiene, cuando la mente y el corazón se tranquilizan." 
Krishnamurti


Durante un momento contempla y experimenta  la idea del silencio, acalla tu mente. Observa al silencio como la fuente de todo el sonido.  Cierra tus ojos y escucha sólo un sonido en particular; observa cómo se comporta, cómo se eleva y luego desaparece.  Quédate en silencio al menos un momento, deja que tu mente se vacíe.

Podríamos definir al silencio como la ausencia de sonidos. El silencio puede ser un elemento de la naturaleza, en ambientes tranquilos y calmos. Pero también puede ser un elemento propiciado por el ser humano en espacios determinados en los cuales la concentración y el trabajo silencioso son necesarios para estar bien.  El silencio es interminable y vasto como toda la creación. El silencio interior es la quietud absoluta del estado natural, del Ser Verdadero.

Para la mayoría de las personas en el mundo que hoy vivimos no existe tal cosa como la tranquilidad interior, la quietud interior, o el silencio lleno de vida y vacío,  porque la mente la mantiene constantemente ocupada.  Y si añadimos a esto sentimientos molestos y tormentosos que nunca dejan que las personas se relajen, ni siquiera en los sueños,  el resultado es que no se puede encontrar la paz interior.

El silencio es nuestra conexión con el universo.

¿Cómo conseguimos silenciar la mente? 

Encuentra un lugar cómodo y ambiente cálido, ni luminoso ni oscuro, puedes colocar una vela.  Viste cómodamente. La postura es fundamental; la posición del yoga es un buen comienzo. Pero tú debes encontrar tu propio método de relajación corporal.

Cierra los ojos y coloca tus manos sobre tus muslos. Concéntrate en tu respiración. Inspira profundamente, exhala suavemente… Inspira profundamente, exhala suavemente… Inspira profundamente, exhala suavemente.

También lo puedes hacer con música suave e instrumental. Aquí te regalo una...



Escucha la música mientras respiras profundamente hasta que baje el ritmo de tu respiración. Siente como sube y baja tu pecho y se van relajando cada uno de tus miembros. Deja que fluyan tus pensamientos, no intentes controlarlos, sé “observador” de los mismos y fija tu atención en tu respiración para hacerte consciente del ahora.

Comienza por hacer un recorrido de todo tu cuerpo y siente las sensaciones que vayas teniendo. Centra tu atención en tus pies, siente como se relajan, luego pasa a tus piernas… sigue subiendo y así hasta que hayas recorrido todo tu cuerpo y relajado hasta tu cabeza. Cuando hayas terminado vuelve poco a poco a la realidad. Mueve lentamente tus manos y tus pies, el cuello, tus piernas... haz una respiración profunda y abre lentamente los ojos.

Que tu espíritu permanezca en calma.

Liliana.